martes, 8 de septiembre de 2009

XIII VERDADES

Un caballero solitario,

de lanza afilada,

es el futuro erróneo de mis cartas,

el calor desconocido:

la decisión que la voluntad anula,

como un eco lejano.


Aquel Príncipe azul,

de vistosos andares,

es la mirada fija de mis ojos,

el corazón desbocado:

la traición que el alma otorga,

a un cuerpo tensado.


El Ángel luminoso,

de pálidas manos,

es el paso firme de mi escuela,

el olor malvado:

la daga que el vientre clava,

en la mujer enjaulada.




Ese Dios griego,

de Enérgica mirada,

es la Sombra maldita de mis anhelos,

el recuerdo inventado:

la mentira que el saber esconde,

con la razón eclipsada.


Eres el feroz deseo

de las llamas de mi suerte

y de mis palabras.

Eres el sudor caliente de mis noches,

que se queman en la cama,

de mis sueños y de tu mirada.