miércoles, 13 de febrero de 2008

Peatón & Ámbar

Levantarse, desayunar, arreglarse y correr. Hasta ahí podemos aceptar. Pero lo demás ya comienza a tocarnos las narices. Últimamente discuto todas las mañanas con el conductor de algún vehículo. ¿El motivo? El color ámbar.

No sé porqué hemos establecido este color como señal de precaución porque está clarísimo que nadie lo entiende así. Los conductores lo vemos reflejado en nuestra mente como "¡rápido, corre, que no te da tiempo!". Ese es el dilema: cuando el muñequito verde que indica que los peatones pueden pasar comienza a parpadear, simultáneamente el semáforo para los vehículos se pone en ámbar intermitente.... y entonces! todos los coches de los miles de carriles de la Castellana comienzan a calentar sus motores acelerando y amenazando hasta la mitad del paso de cebra...
Y ahí empieza mi calentón. Miro al frente, aprieto el culo, y me enfrento a los ruidosos tigres con el miedo en las piernas...Vamos, que señalo el muñeco en verde y hago aspavientos todas las mañanas para conseguir sólo que me tomen por tonta.

Podemos hacer bromas pero da miedo. Y se convierte en una imagen grotesca cuando entre los peatones se encuentra una persona mayor. Lo hacen igual o peor! Y ahí va la señora, con su bastón dando golpes de apoyo apresurados y la cara girada hacia las miradas de l@s loc@s domadores de tigres... Da pena. Y mucha más rabia. Propongo el color azul para la labor del color ámbar ya que este no cumple su misión.

Cruzad siempre con la cabeza muy alta y alerta pero conscientes de que el suelo que pisamos no es de las maquinas, sino de las personas mayores y pequeñas.
Deberíamos ayudarnos a sobrevivir en este infierno desnaturalizado de asfalto.

A tod@s l@s peatones intimidados de todos los lugares!! Revelaos!!!

Uf! Ahora mejor.

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